La vida te pone todas las facilidades del
mundo frente a tus ojos, quizá lo que tanto buscas, lo que tanto anhelas
siempre ha estado ahí, quizá la única gran manifestación que necesitas para
poder motivarte y atreverte a hacer eso que tanto quieres pero que el “destino”
no te permite, sea solamente el mismo hecho de querer lograr lo que te
propones, digamos, siempre estamos en desacuerdo con lo que somos y con lo que
tenemos, siempre estamos a la expectativa de generar más, pero nunca tomamos en
cuenta lo que ya logramos, lo que ya somos, lo que nos sirve y lo que nos
beneficia de lo que ya obtuvimos.
Muchas personas en este mundo lleno de falsedad e
hipocresía se creen las más aptas para ser buenas, muchas personas se dan
golpes de pecho queriendo aparentar o enmascarar la realidad de su básica e
inmutable triste existencia, demasiadas personas son maestros del carisma así
como reyes de la mitomanía, tratan de aparentar lo que tanto odian de otras
personas, contradictoriamente son buenas por fuera, son gentiles por encima, y
son “pasivas por naturaleza”, pero su realidad interna es completamente
diferente, están llenos de soberbia, odio y sobre todo miedo, miedo a ser
superados por la “realidad de sus realidades”.
La vida suele ser completamente injusta con quienes
menos se lo merecen, las personas que no demuestran lo tanto que quieren a
otras personas por miedo a parecer presuntuosas o simplemente a sobresalir del
resto, y que contrarrestan a aquellas personas “pasivas por naturaleza”
“falsas por intelecto”, irrefutablemente son agredidas por su bondad
espiritual, su buena fe ante los demás, sus buenas intenciones y su escasa
maldad.
El destino siempre juega con lo que somos, es egocéntrico
y le encanta divertirse a nuestras costillas, pero es bondadoso y justo.
Algunos lo llaman karma, otros simplemente Dios,
pero quizá solo sea el destino que cada quien con el acto más insignificante
puede transgredir, el destino qué con el simple aleteo de una mariposa puede
perturbarse y con el mero descuido de olvidarnos del tiempo puede retrasarse.
El destino quizá no exista, pero visto de una forma
romántica la vida no puede ser tan injusta. Mi parecer sobre la vida es que es
un espacio de tiempo en el cual nuestra única misión es ser felices, y el
destino juega un gran papel en la felicidad que cada quien, siento que la vida
no puede ser tan injusta como para simplemente hacer sufrir a los que son
buenos y no lo demuestran por humildad, y hacer disfrutar de los placeres del
reconocimiento de la “inquebrantable sociedad” a quienes se hacen pasar por
buenos.
El destino puede tardarse un poco en dejar de jugar
con nosotros, pero siempre nos beneficia terminantemente, siempre es bueno,
siempre se puede corregir, el destino siempre pone las cosas donde deben estar,
al que es malo lo seca emocionalmente y termina perturbado por tanta
hipocresía, y al que es bueno “lo ayuda con ayuda de sí mismo” a lograr lo que
se propone.
Nada está perdido cuando creemos que estamos en el
hoyo, nada es completamente imposible, nada es irreversible, todo tiene
solución, todo puede arreglarse, todo lo podemos hacer, absolutamente todo, es
cuestión de tener fe en uno mismo y confiar en que el destino nunca se equivoca
y pone las cosas en su lugar cuando se cansa de jugar con nosotros.
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